Tu hijo recién nacido se ve tan adorable, pero tan pequeñín e indefenso que seguro te asaltan todas las dudas sobre cómo manejarte con él. Te contamos cuáles deben ser los cuidados que debes procurar a tu retoño.
Con estos cuidados, tu bebé estará sanito y feliz
Vamos con algunas ideas y nociones que necesitas conocer para que tu pequeñajo sea el más feliz y sonriente del mundo:
- Cura su ombligo hasta que cicatrice. No emplees antisépticos que contengan yodo.
- Abrígalo levemente más de lo que estés tú. Procura que tanto la ropa de cuna como la que utilices para vestirlo sea de fibras naturales. Y lávala por separado, enjuágala bien y no utilices suavizante.
- Ponlo en una habitación debidamente ventilada y donde entre el sol.
- Dale un paseo diario, pero no lo expongas al calor excesivo ni al viento.
Cuídalo de posibles accidentes
- Comprueba la temperatura de su comida y del agua para bañarlo
- Mantelo alejado, sobre todo, de la cocina y de sustancias tóxicas
- Protege los enchufes y los cantos de los muebles
- Ponle barandillas protectoras a las escaleras
- No lo dejes solo en la cama o en el baño
- Fijate bien que no trague o se ahogue con pequeños objetos a su alcance
Otras nociones básicas para cuidar al peque
- Báñalo cada dos o tres días. Así evitarás que su piel se reseque o sufra alguna infección cutánea por la pérdida de las bacterias naturales que la protegen.
- Si la piel de tu niño está bien, no es necesario que le pongas cremas, aceites o talcos. Si notas sequedad o irritación, utiliza un producto específico.
- Córtale las uñas cuando le crezcan con una tijera de puntas redondeadas.
- Si tiene legañas, quítaselas con una gasa embebida en suero.
- Evita el uso de bastoncillos para limpiar sus oídos.
- Para ayudar a que se le diluyan los mocos, pon unas gotas de suero fisiológico en sus orificios nasales.
- Al menos una vez al día, en el momento de cambiarle el pañal, higieniza la zona con agua y jabón. La limpieza debe ser desde arriba hacia abajo, para que las heces no vayan hacia los genitales.
Y ahora, sal ahí y ¡haz feliz a ese pequeñajo que te ha robado el corazón!
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